sex code: primer manual de seducción

Sex Code: primer manual de seducción (Nowtilus, 2007)

Autor: Mario Luna
Páginas: 672
Editorial: Nowtilus
ISBN: 978-849763373-4
Fecha de Publicación: abril 2007
P.V.P.R.: 19,95 €
Traducciones: Chino, Ruso, Polaco

Eran otros tiempos.  Mi proyecto, Seducción Científica, gateaba como un bebé y palabras como «Intructor de Habilidades Sociales», «Coach Social» o «Manual de Seducción» sonaban completamente a chino (ironías de la vida que luego mi obra se tradujese precisamente a este idioma).

Fue entonces cuando el primer manual de seducción para hombres propiamente dicho, que no había sido escrito por un intelectual de biblioteca sino por un coach profesional de la seducción, cayó pesadamente sobre el panorama hispano hablante.

Digo pesadamente porque tuvo una sonada repercusión social y porque, pese a ser el primero jamás publicado en nuestra lengua, contaba con casi 700 páginas. ¿Cómo? ¿Casi 700?  Pues sí, y la razón es simple: no me quería dejar nada.

Por otra parte, ¿acaso no tenía sentido que un ser tan cautivador y complejo como la mujer, que lleva milenios trayéndonos de cabeza y haciéndonos perderla, requiriese un manual de instrucciones de semejante tonelaje?

Así me pareció en su momento, y por lo visto no estaba solo.

Muy pronto, el mundo se dividió en dos: aquellos que aclamaban mi obra y aquellos que la hubiesen quemado en la hoguera (junto a su autor, de paso). Feministas, «expertos» frustrados, algún ignorante que otro y hombres con miedo a verse lo que tienen entre las piernas se me echaron a la yugular a través de blogs, trolls internauticos o incluso dando la cara en debates y tertulias televisivas. Por mi parte, yo defendía a mi «hijito» con uñas y dientes y reclutaba cruzados de cualquier edad, sexo o especie dispuestos a cambiar el mundo en pro de una causa justa.

O eso me parecía a mí.

Sentía que había que proteger a toda costa a ese «niño inseguro». Un frágil vástago que creció rodeado de escepticismo y dudas pero que (vaya usted a saber gracias a qué golpe de suerte) me hice el ánimo de cuidar y alimentar hasta que estuvo bien crecidito y fue capaz de sacarse las castañas de fuego por sí mismo.

Porque, qué duda cabe ahora, de que ese mocoso enclenque y vulnerable crecería para acabar convirtiéndose en un intrépido y poderoso caballero, que recorrería el mundo y acabaría siendo traducido incluso al Chino Mandarín.

Ha llovido mucho desde entonces y, si algo ha quedado claro, es que el coaching social, las clases de ligue, las academias de seducción o como lo queramos llamar están aquí para quedarse. Cada vez hay más mujeres no sólo que no se indignan ante lo que hacemos, sino que lo reivindican. Reivindican ser conquistadas a diario por sus parejas o amantes, transportadas a una realidad superior, vibrar, emocionarse, que se las valore por aquello que las hace especiales y únicas e incluso que se las traduzca debidamente.

La MUJER OBJETO va poco a poco dando paso a la MUJER SUJETO deseosa EXPERIMENTAR aquello que sólo un hombre confiado y con una profunda comprensión de la psicología propiamente femenina puede proporcionarle y no va a conformarse con menos.

Pero entonces eran otros tiempos y, cuando una mujer valoraba positivamente mi obra, tenía mucho más mérito que ahora.

Por eso, no se me ocurre mejor manera de rememorar la publicación del manual que hizo historia, generando un ANTES y un DESPUÉS en nuestra forma de entender la seducción y las relaciones, que remitiéndote a las palabras de una de esas desconocidas de la red que, curiogoogleando, han logrado impactarme más que ninguna otra crítica.

Ella firma su «review» con el nombre de La Rizos, escribe en http://beabiofrutas.blogspot.com.es y no me ha quedado más remedio que recurrir a su versión de los hechos porque, sin ser la más halagüeña, me parece rematadamente auténtica.

Sin más, te dejo con La Rizos:

Reconozco que hoy vengo a hablaros de un tema curioso, y que lo hago algo avergonzada y perpleja.

Yo jamás he hecho ningún caso a los libros de autoayuda, puesto que con sólo ojear un par de páginas me daba cuenta de lo inútiles que resultarían. Como mucho, aquellas novelillas cortas que te hacen pensar un poquito y que resultan entrañables: «El Caballero de la Armadura Oxidada», «¿Quién se ha llevado mi queso?» y cosas así.

Pero de ahí a creerme las patrañas de alguien que me asegura la clave del éxito financiero con tan sólo un cambio de actitud… pues hay un trecho.

Hasta que un día un chico cuya identidad mantendré en el iconomato me mostró algo curioso: un manual masculino para ligar. Podéis imaginaros mi primera reacción: descojone total. Seguro que eso lo escribió un tío vanidoso, pensé yo mientras leía el nombre del, efectivamente, autor de tal librillo.

Por mera curiosidad empecé a ojearlo, y mentiría si dijese que no me asombré con algunas de las cosas que leí. Porque estoy de acuerdo con que un libro no te soluciona la vida, pero… joder, es que me sentí… DESNUDA:

[…]»dicen cosas como: “Quiero un hombre sensible, atento, sincero, que sepa entenderme, esté pendiente de mí, sea buena persona y tenga los pies en la Tierra”, o similares. Si son sinceras, cuando hablan así están pensando con su cerebro racional, no con sus otras dos mentes. Piensan en la clase de hombre con el que les gustaría casarse y no en ese amante por el que renunciarían a todos sus principios y se abandonarían al sexo más salvaje.» «Pero la parte fundamental, la de la atracción, se la saltan. Salvo excepciones, una mujer nunca te dirá lo que hay que hacer para atraerla. Si lo hiciese, estaría atentando contra el espíritu mismo de los Tests de Aptitud.
Esta es la razón de que no pueda aprenderse a seducir simplemente haciendo encuestas a las chicas sobre lo que les gusta o les atrae y lo que no.»

«De hecho, hay actividades y pasatiempos que no van a ponerte, por sí mismos, en contacto con más mujeres. Y, sin embargo, seguirán haciéndote más atractivo a los ojos de éstas. Si por ejemplo practicas deportes de riesgo o acción como el esquí acuático, el surf, el alpinismo, la equitación o te gusta participar en carreras de motos de alta cilindrada, las mujeres te van a encontrar por lo general más atractivo sexualmente. También les vas a resultar más interesante si sabes hacer masajes, dominas bailes latinos, lees cartas astrales o eres un experto en técnicas de PNL.

No te estoy diciendo con esto que empieces a jugarte la vida con deportes suicidas, ni que te hagas futurólogo. Sin embargo, es muy importante tener todo esto en cuenta a la hora de darle un enfoque u otro a nuestras experiencias cuando hablamos con una mujer.»

«A menudo, las chicas muestran rechazo o desagrado por algo que haces o dices para ver si te asustas y cambias de opinión o corres a disculparte. O a justificarte, que no es mucho mejor. En ocasiones, su programación social les lleva a sentir auténtico rechazo o desagrado por muchas cosas estúpidas.»

«A menos que ya hayas compartido una actividad sexual y tiempo de tu vida importante con la mujer en cuestión, es decir, a menos que la ames de verdad y tengas razones para hacerlo, adopta una actitud diametralmente opuesta a la que describen las letras de esas canciones. Y es que, en definitiva, no importa cuán magnífico o exclusivo sea tu producto si necesitas venderlo a toda costa. Tan pronto como necesites cerrar una negociación, pierdes todo tu poder dentro de la misma. Porque, tanto en el juego de la negociación como en el de la atracción, no hay forma más segura de perder que la de necesitar.»

“¿Qué es lo que esta chica concreta está acostumbrada a ver o a que le hagan? ¿Cómo suelen comportarse los chicos con ella? En el contexto particular en el que nos encontramos, ¿cómo se comportan todos? ¿Qué es lo que yo podría hacer que nadie está haciendo? ¿Qué es lo que a ella nunca le ha ocurrido con un chico pero, a un nivel u otro, le gustaría que ocurriese? En definitiva, ¿cómo puedo ser la excepción de la regla?”
Ofrécele algo distinto.»

«Infiere lo que quiere, lo que busca, lo que parece necesitar, aquello que codicia secreta o abiertamente pero que nunca ha disfrutado. Presta atención a todas sus señales y fórmate una idea de qué es. Y, sea lo que sea, sabrás que se trata de algo de lo que no te vendrá mal aparentar que a ti te sobra. Por cierto, recuerda que debe parecer que te deleitas con ello precisamente de la misma forma en que ella se imagina que lo haría si lo tuviese.»

(Sex Code, por Mario Luna)

En fin, queridos lectores… podría seguir copypasteando trozos del manual hasta el infinito, pero supongo que con ésto ya os hacéis una idea. El autor, aunque me joda, tiene razón en todo. Y digo aunque me joda con toda la rabia del mundo, porque a nadie le gusta que le lean la mente y encima lo usen a su favor… Y menos cuando tengo mi orgullo, jo.

Vale, es cierto que alguien inteligente y con cierta experiencia en la vida pueda llegar a esas conclusiones solito, sin necesidad de leer ningún manual de ligoteo. Está claro que el autor del libro no es ningún erudito ni tiene por qué ser alguien excepcional, pero al menos ha puesto por escrito de una forma clara y eficaz ideas que podrían serle útiles a otras personas. No todo el mundo necesita ayuda, pero hay chicos que están hechos un lío y que bueno…no sé, igual leer algo así les haría ver las cosas desde otro punto de vista.

Coñe, si soy yo, que soy una fémina, y al leer el manual me he dado cuenta de por qué reacciono de determinada manera ante los tíos… xDD

Os planteo todo ésto porque me gustaría saber vuestra opinión. ¿Verdaderamente creéis que un libro puede ayudarnos a ligar? A las chicas, imaginaos que es un manual femenino… ¿lo leeríais, buscando en él algo de credibilidad?

Yo a día de hoy, aunque me pese, creo que algo de utilidad sí que tiene. Que leerlo no te convierte en un Macho Alfa, (usando la terminología del libro) pero quizá te ayude a aclarar tus ideas y a enfocar las cosas desde otra perspectiva. Cada mujer es un mundo pero… ¿acaso el autor sólo conoce mujeres como yo, que ha acertado en todo? 😉

Como guinda, te dejo con un debate muy representativo de las diversas (pero casi siempre intensas) reacciones que generaba la enseñanza de la seducción en aquellos tiempos:

Mario Luna debate seducción y sexo con Sánchez Dragó en Noches Blancas

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